Los aceites hidrogenados son uno de los primeros alimentos manufacturados. Han existido desde 1911, cuando un científico de Procter Gamble descubrió que podía combinar hidrógeno con aceite de semilla de algodón. Originalmente se suponía que el producto era un jabón, pero como parecía manteca de cerdo, Procter Gamble decidió que tenía potencial como alimento.
Durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, fue realmente difícil conseguir la mantequilla, porque todo estaba restringido por los recursos y el racionamiento. Los aceites hidrogenados, eran una opción más barata que no requería vacas.
Luego, a finales de los años 50, los expertos en salud comenzaron a reducir drásticamente las grasas saturadas, que se encuentran en la mantequilla y la carne de res y la manteca de cerdo, porque se consideraban malas para la salud de nuestro corazón. La margarina fue anunciada como una alternativa baja en grasa a los clásicos, y las ventas continuaron aumentando.
El aceite hidrogenado se elabora mediante un proceso en el que el aceite líquido se endurece y se puede untar a temperatura ambiente. El proceso aumenta los niveles de grasas saturadas y trans en el aceite.
Precaución:
Los aceites hidrogenados, son ricos en grasas trans que son malos para usted. Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol “malo” en la sangre. Y bajan el colesterol “bueno” al mismo tiempo. Las grasas trans están relacionadas con un mayor riesgo de diabetes y también causan inflamación en el cuerpo, lo que está relacionado con una serie de problemas de salud.